sábado, 19 de enero de 2013

Sumisión

La sumisión no es perfecta. No es un relato erótico ni una sesión en vídeo grabada en alta definición. No es un conjunto de suspiros y promesas. Ella dirige pero no hay escenario, no hay partituras, no hay guión, ni bambalinas donde esconderse.

No siempre es fácil. Sumisión es entrega, responsabilidad, es caer de rodillas con la dignidad que Ella merece; superar obstáculos, afrontar retos, luchar por ser útil, por mantenerte y por no dar ni un solo paso atrás que destruya su Reino.

Sumisión, formada por todas las letras que no te está permitido olvidar, es una palabra aguda, fácil de pronunciar, difícil de definir, compleja de asimilar e inseparable de dominar.

Sumisión es trabajo, es placer*, pero por encima de todo, es hacer que cada hora, cada minuto y cada segundo que te concede valga la pena simplemente porque lo vives para que esa Diosa Terrenal, a quien admiras y respetas profundamente, sienta que tiene el mundo a sus piés en todo momento.

Ella manda, yo obedezco. Ella gana pero yo no me siento perdedor, me siento grande, afortunado, soñador...

* Actualización (19/01/2013 15:47): aporte cortesía de su Excma. Ama S.


3 comentarios:

  1. Sumisión es trabajo... y placer, ¿no?

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    1. Por supuesto. De hecho, si te dedicas a lo que te gusta, el trabajo resulta un placer :)

      Gracias por completar el hilo, ahora mismo lo actualizo con sus sabias palabras.

      Ama S, es un verdadero placer acoger cualquiera de sus comentarios :)

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  2. Estimada Ama S. y Inferior, en mi opinión "la sumisión" siempre la asocié con la "Vocación de Servicio", es decir al acto desinteradado de estar a disposición de alguien o ser útil para algo y como bien concluye tu artículo, el supuesto perdedor es el ganador. También se suele decir que quien más sufre es el que más ama y la sumisión en definitiva es un acto de amor.-

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