(Del lat. maturāre).
2. tr. Poner en su debido punto con la meditación una idea, un proyecto, un designio, etc.
5. intr. Adquirir pleno desarrollo físico e intelectual.
Es curioso ver como aquellas cosas que odiábamos en nuestra infancia se convierten en placeres de la edad adulta: dormir la siesta, recibir unos azotes...
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