No es posible. No puedo moverme. No puedo dejar de mirar esa luz... esa luz... ¿Cómo he llegado a esta situación?
- Sshhhh... tranquilo, ya falta poco - susurró ella mientras apoyaba su pié descalzo sobre mi espalda destruyendo todas mis esperanza de liberarme.
Esa voz... esa seguridad cuando habla... esa mezcla de dulzura y dominación... Mi pene hablaba por mí: no podía negar que me gustase la situación. Estaba bajo su control absoluto.
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